Imagínate que eres uno de los amigos más cercanos de Jesús y te invita a una caminata. Pero no es cualquier caminata; vais a subir una montaña llamada Tabor. Piensa en una montaña alta, con el cielo muy cerca, donde parece que puedes tocar las nubes con las manos. ¿Estás listo? ¡Vamos allá!
Antes de que esta aventura comenzara, Jesús había estado enseñando a mucha gente, curando a los enfermos y contando parábolas, que son como cuentos con mensajes muy profundos. La gente estaba asombrada por las cosas maravillosas que hacía y decía. Un día, Jesús decidió que era el momento de mostrar algo muy especial a sus tres amigos más cercanos: Pedro, Santiago y Juan.
Así que, Jesús y sus tres amigos empezaron a subir la montaña. Subir una montaña puede ser cansado, pero también emocionante. Imagina que estás allí, subiendo, sintiendo el viento fresco en tu cara y viendo todo más pequeñito a medida que subes más alto.
Cuando llegaron a la cima de la montaña, algo sorprendente sucedió. Jesús se transformó justo delante de sus ojos. Su cara comenzó a brillar como el sol, y su ropa se volvió de un blanco tan brillante que ningún detergente del mundo podría hacer. ¡Era un blanco más blanco que la nieve!
De repente, aparecieron dos personas muy importantes que habían vivido hace mucho tiempo: Moisés, que había liberado al pueblo de Israel de Egipto, y Elías, un profeta muy poderoso. Estaban hablando con Jesús sobre cosas muy importantes.
Pedro, Santiago y Juan no podían creer lo que veían. Estaban viendo a Jesús, su amigo, en toda su gloria, junto a dos de las personas más legendarias de su historia.
Pedro, emocionado y un poco confundido, dijo: «¡Es tan maravilloso estar aquí! Si quieres, puedo hacer tres tiendas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías.» Pero mientras hablaba, una nube luminosa los cubrió, y desde la nube, una voz dijo: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. Escuchadle.» (Mateo 17:5)
Cuando la voz terminó, Jesús tocó a sus amigos y les dijo: «Levantaos y no temáis». Al mirar alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús, tan normal como siempre. Bajaron de la montaña, y Jesús les pidió que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que Él resucitara de entre los muertos. Esto los dejó preguntándose qué significaría resucitar de entre los muertos, pero guardaron el secreto hasta el momento adecuado.
Reflexión de la transfiguración de Jesús para niños
La historia de la Transfiguración es un momento especial porque muestra a Jesús como el hijo de Dios, lleno de gloria y poder, pero también como alguien que quiere compartir esos momentos especiales con sus amigos.
Esta aventura en la montaña nos enseña algo super importante: Jesús, con todo su poder y su luz, está siempre a nuestro lado. En los días soleados cuando estamos felices y también en aquellos días grises y tristes. Él nos escucha cuando le contamos nuestras cosas, ya sean grandes o pequeñas, y está listo para guiarnos, como un buen amigo que te toma de la mano para no perderte en el camino.
Nos enseña que, no importa lo divino o poderoso que sea Jesús, siempre está cerca de nosotros, listo para escucharnos y guiarnos en nuestro día a día.
Actividades para niños sobre la Transfiguración de Jesús
1. Dibujo de la transfiguración
Materiales:
- Hojas de papel blancas.
- Crayones, marcadores o pinturas.
Instrucciones:
- Pide a los niños que dibujen su parte favorita de la historia de la Transfiguración. Puede ser Jesús brillando, Moisés y Elías apareciendo, o la nube luminosa.
- Mientras dibujan, anímales a pensar en cómo se sintieron Pedro, Santiago y Juan durante este evento.
- Una vez que terminen sus dibujos, dales la oportunidad de compartirlos con el grupo y explicar por qué eligieron esa parte de la historia.
2. Escena de la transfiguración con figuras
Materiales:
- Figuras de papel o muñecos pequeños que puedan representar a Jesús, Pedro, Santiago, Juan, Moisés y Elías.
- Tela blanca o papel para hacer la nube.
- Pegamento, tijeras y marcadores.
Instrucciones:
- Ayuda a los niños a crear figuras que representen a los personajes de la historia. Pueden dibujarlos y recortarlos de papel o usar muñecos pequeños que tengan en casa.
- Con la tela blanca o papel, crea una nube que pueda cubrir a las figuras para representar la voz de Dios.
- Organiza una pequeña escena con las figuras para recrear diferentes momentos de la historia, como la Transfiguración de Jesús, la aparición de Moisés y Elías, y la nube luminosa hablando.
- Anima a los niños a usar las figuras para contar la historia a otros, moviendo las figuras y usando la nube para mostrar diferentes partes de la historia.
3. Juego de «escucha y encuentra»
Materiales:
- Tarjetas con imágenes o palabras clave de la historia (por ejemplo, Jesús, montaña, nube, luz, Moisés, Elías).
- Una bolsa o caja.
Instrucciones:
- Coloca las tarjetas en una bolsa o caja.
- Lee partes de la historia de la Transfiguración o describe escenas clave.
- Los niños deben tomar turnos buscando en la bolsa o caja para encontrar la tarjeta que coincida con la parte de la historia que estás leyendo o describiendo.
- Cada vez que un niño elige la tarjeta correcta, puede mantenerla y contar brevemente lo que sabe sobre esa parte de la historia.
- El objetivo es ayudar a los niños a escuchar atentamente y asociar las palabras clave con sus significados en la historia.
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