Lázaro y el Rico para niños (con actividades)

David GR

Hace mucho, mucho tiempo, Jesús contó una historia muy especial. Esta historia nos enseña una lección importante sobre cómo debemos tratar a los demás y lo que sucede cuando no escuchamos a Dios.

Había una vez un hombre muy rico que llevaba las ropas más finas y vivía en el lujo. Este hombre solo pensaba en sí mismo y en sus placeres. Todos los días comía los alimentos más deliciosos que te puedas imaginar y no le importaba nada más.

Cerca de la casa del hombre rico, había un mendigo llamado Lázaro. Lázaro tenía mucha hambre y su cuerpo estaba cubierto de llagas. Se sentaba fuera de la puerta del hombre rico, esperando que el rico tuviera piedad de él y le diera aunque fuera solo las sobras de su mesa.

El mendigo Lázaro pidiendo limosna

Pero el hombre rico nunca le prestaba atención, simplemente no le importaba. Él no tenía el amor de Jesús y era egoísta.

La Biblia dice que un día Lázaro murió y fue al cielo. Los ángeles lo llevaron a un lugar muy especial al lado de Abraham, un hombre muy importante en la Biblia.

Lázaro en el cielo

Poco después, el hombre rico también murió. Pero él no fue al cielo. En lugar de eso, fue al infierno, un lugar muy caliente y desagradable. Desde allí, podía ver a Lázaro y a Abraham en el cielo, disfrutando de la paz y la felicidad. El hombre rico gritó: 

“¡Padre Abraham, por favor, ten piedad de mí! Manda a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este lugar.”

Lucas 16:24

el hombre rico en el infierno-min

Pero Abraham le respondió: “Hijo, recuerda que en tu vida tú tuviste todas las cosas buenas, mientras que Lázaro no tenía nada. Ahora él está siendo consolado aquí, y tú estás sufriendo. Además, hay un gran abismo entre nosotros, y nadie puede cruzar de un lado al otro.”

El hombre rico entonces dijo: “Por favor, Padre Abraham, envía a Lázaro a la casa de mi familia. Tengo cinco hermanos, y quiero que Lázaro les advierta, para que no vengan a este lugar de sufrimiento.”

Abraham respondió: “Ellos tienen las enseñanzas de Moisés y de los profetas; que los escuchen.”

El hombre rico insistió: “No, Padre Abraham, pero si alguien de entre los muertos va a ellos, se arrepentirán.”

Abraham le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque alguien se levante de entre los muertos.”

El hombre rico finalmente entendió lo que había hecho, y que ahora era demasiado tarde.

Explicación de la historia de Lázaro y el Rico para niños

Tratar bien a los demás

Jesús nos enseñó que es muy importante ser amables y ayudar a las personas que necesitan nuestra ayuda. En la historia, el hombre rico no ayudó a Lázaro, quien estaba hambriento y enfermo. La lección es que debemos ser generosos y compartir con los que tienen menos que nosotros.

Aceptar a Dios

Si aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador y seguimos su ejemplo aquí en la tierra, iremos a vivir con Él en el cielo por toda la eternidad. Pero si alguien escoge no obedecer a Dios y seguir haciendo las cosas a su manera, irán a donde Satanás, el padre de la mentira, también va – al infierno por toda la eternidad.

Las consecuencias de nuestras acciones

La historia muestra que nuestras acciones tienen consecuencias. Lázaro, aunque sufrió mucho en la tierra, fue llevado al cielo porque tenía un buen corazón. El hombre rico, que solo pensaba en sí mismo, terminó en un lugar muy malo porque no mostró amor ni compasión. 

Actividades sobre Lázaro y el Rico

1. Manualidad del corazón generoso

Materiales: Papel de colores, tijeras, pegamento, marcadores, calcomanías.

Instrucciones:

  1. Dale a cada niño una hoja de papel de colores.
  2. Pídeles que recorten grandes corazones del papel.
  3. Invítalos a decorar los corazones con mensajes y dibujos que representen actos de bondad y generosidad, como «compartir mi merienda» o «ayudar a un amigo».
  4. Una vez que hayan terminado de decorar, cada niño puede compartir su corazón con sus compañeros, explicando qué significan los mensajes que escribieron.

2. Tarjetas de buenas acciones

Materiales: Cartulina, tijeras, marcadores, calcomanías, sobres pequeños.

Instrucciones:

  1. Corta la cartulina en tarjetas pequeñas.
  2. Pide a los niños que escriban en cada tarjeta una buena acción que pueden hacer por alguien más, como «ayudar a un amigo», «compartir mi merienda» o «decir algo amable».
  3. Decora las tarjetas con calcomanías y dibujos.
  4. Guarda las tarjetas en sobres pequeños.
  5. Cada día, los niños pueden sacar una tarjeta y realizar la buena acción que indica.

3. Collar de corazones generosos

Materiales: Papel de colores, tijeras, hilo o cuerda, perforadora, marcadores. 

Instrucciones:

  1. Recorta varios corazones de papel de colores.
  2. Pide a los niños que en cada corazón escriban o dibujen un acto de bondad o una forma de ser generoso.
  3. Usa una perforadora para hacer un agujero en la parte superior de cada corazón.
  4. Ensarta los corazones en el hilo o cuerda para hacer un collar.
  5. Los niños pueden usar el collar como un recordatorio de ser amables y generosos cada día.
David GR