Hace mucho tiempo, en una tierra llamada Ur, vivía un hombre llamado Abraham. Era un hombre especial porque amaba mucho a Dios y siempre trataba de hacer lo correcto. Un día, algo sorprendente sucedió. Dios habló con Abraham y le dijo: «Abraham, quiero que dejes tu hogar y a tu familia, y vayas a una tierra nueva que te mostraré» .
Abraham no sabía cómo sería esa tierra, pero confiaba en Dios. Junto con su esposa, Sara, y su sobrino Lot, comenzaron un viaje emocionante hacia lo desconocido. Viajaron por caminos llenos de polvo y cruzaron desiertos, pero Abraham sabía que Dios estaría con él.
Después de muchos días, finalmente llegaron a la tierra que Dios les había mostrado. Era una tierra hermosa y llena de promesas, y Dios le dijo a Abraham que esta tierra sería el hogar de su familia. Dios también le prometió algo maravilloso: «Tu descendencia, es decir tus hijos y los hijos de tus hijos, será tan numerosa como las estrellas en el cielo».
Abraham y Sara estaban muy felices, pero había un problema. A pesar de que eran muy mayores, no tenían hijos como Dios había prometido. Sin embargo, Abraham confiaba en Dios y creía que Dios cumpliría su promesa, incluso si parecía imposible.
La promesa de Dios a Abraham
Después de mucho tiempo, un día sucedió algo increíble. Dios cumplió su promesa y les dio un hijo. Lo llamaron Isaac. Abraham estaba lleno de alegría y gratitud por este regalo tan especial. Isaac creció y se convirtió en un joven muy valiente y amable.
Pero un día, Dios puso a Abraham a prueba. Le pidió algo muy difícil de hacer: que sacrificara a su amado hijo Isaac como una muestra de obediencia y confianza en Dios. Abraham se sintió triste y confundido, pero estaba dispuesto a obedecer a Dios.
2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, á quien amas, y vete á tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos mozos suyos, y á Isaac su hijo: y cortó leña para el holocausto, y levantóse, y fué al lugar que Dios le dijo.
Abraham subió a un monte para ofrecer a su hijo a Dios. Pero justo cuando estaba a punto de hacerlo, un ángel de Dios apareció y lo detuvo. Dios había visto la fe y la obediencia de Abraham, y le proporcionó un carnero para que sacrificara en lugar de Isaac.
Dios dijo “Prometo por mí mismo que porque hiciste esto y no me negaste a tu hijo, tu único hijo, te daré mi bendición y multiplicaré tu descendencia. Tendrás tantos descendientes como estrellas hay en el cielo y arena a la orilla del mar»
Dios también prometió que un día un niño nacería en su familia. Un niño que traería alegría a todo el mundo y que sería el hijo de Dios, Jesús. Jesús también ascendería a otra montaña, como Abraham con su hijo Isaac, y sería el cordero de Dios que pagaría por todos nuestros pecados.
La vida de Abraham continuó, y Dios lo bendijo en muchas formas. Abraham vivió una vida larga y plena, siempre recordando la fidelidad de Dios y cómo Dios cumplió sus promesas.
¿Qué enseña la historia de Abraham a los niños?
- La importancia de escuchar a Dios: Abraham nos enseña que es crucial estar atentos a la voz de Dios y seguir sus instrucciones. Él confió en Dios y obedeció cuando le pidió que dejara su tierra y se dirigiera a un lugar desconocido. Esto nos muestra que cuando escuchamos a Dios y confiamos en él, podemos tomar decisiones sabias y experimentar bendiciones en nuestras vidas.
- La importancia de la paciencia: Abraham y su esposa Sara esperaron durante muchos años antes de tener un hijo. A veces, nuestras bendiciones o deseos pueden tardar en cumplirse, pero la historia de Abraham nos recuerda la importancia de ser pacientes y confiar en el momento perfecto de Dios. Aunque puede ser difícil esperar, la paciencia nos ayuda a cultivar una actitud de confianza y gratitud.
- El valor de la obediencia: Abraham nos muestra que la obediencia a Dios es un valor fundamental en nuestra relación con él. A través de su obediencia, Abraham recibió bendiciones y se convirtió en un instrumento poderoso en las manos de Dios. Esto nos enseña que cuando obedecemos a Dios y seguimos sus mandamientos, estamos abriendo la puerta a su guía y bendición en nuestras vidas.
- El amor y cuidado de Dios: La historia de Abraham también revela el amor y cuidado de Dios por su pueblo. A lo largo de la historia, vemos cómo Dios protegió a Abraham y guió sus pasos. Esto nos recuerda que, así como Dios cuidó y bendijo a Abraham, también nos cuida y nos ama profundamente. Podemos confiar en que Dios está siempre presente y dispuesto a ayudarnos en cada paso de nuestro camino.
Preguntas para niños sobre la historia de Abraham
- ¿Quién fue Abraham?
- ¿Qué le dijo Dios a Abraham que hiciera?
- ¿Qué promesa hizo Dios a Abraham en la nueva tierra?
- ¿Cómo se llamaba el hijo que Dios le dio a Abraham y Sara?
- ¿Qué prueba difícil le pidió Dios a Abraham?
- ¿Qué hizo Abraham cuando Dios le pidió que sacrificara a Isaac?
- ¿Qué animal fue usado en lugar de Isaac para el sacrificio?
- ¿Qué lecciones podemos aprender de la historia de Abraham?
Resumen de la historia de Abraham
Había una vez un hombre llamado Abraham. Dios le dijo que dejara su hogar y viajara a una tierra nueva. Abraham confió en Dios y comenzó el viaje con su esposa Sara y su sobrino Lot. Llegaron a una tierra que Dios les mostró, y allí Dios hizo una promesa a Abraham: iba a ser padre de una gran nación y todas las familias de la Tierra serían bendecidas a través de él.
A pesar de que Abraham y Sara eran muy mayores, Dios les dio un hijo llamado Isaac. Abraham estaba muy feliz. Pero un día, Dios le pidió a Abraham que sacrificara a Isaac para mostrar su obediencia. Abraham estaba dispuesto, pero antes de hacerlo, un ángel detuvo la prueba y les dio un carnero para el sacrificio.
Isaac creció y se convirtió en un joven fuerte. Dios cumplió sus promesas y Abraham se convirtió en el padre de una gran nación.
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