A medida que Jesús crecía, se volvía más sabio y entendido en las cosas de Dios. Un día, cuando Jesús tenía doce años, Jesús y su familia fueron a Jerusalén para celebrar la Pascua, una festividad muy importante.
Después de la celebración, todos comenzaron el viaje de regreso a casa. Pero Jesús, en su pasión por aprender y conocer más sobre Dios, decidió quedarse en el templo.
Sus padres no se dieron cuenta de que él no estaba con ellos, ya que pensaron que estaba con otros familiares o amigos. Después de un día entero de camino, María y José se dieron cuenta de que Jesús no estaba con ellos.
Llenos de preocupación, regresaron rápidamente a Jerusalén para buscarlo. Fueron de casa en casa, preguntando a cada persona si habían visto a Jesús.
Finalmente, después de tres días de búsqueda angustiante, encontraron a Jesús en el templo. Estaba sentado entre los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo escuchaban se asombraban de su comprensión y sabiduría.
María, su madre, se acercó a él y le dijo:
48 Y cuando le vieron, se maravillaron; y díjole su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor. 49 Entonces él les dice: ¿Qué hay? ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me conviene estar?
Sus padres, María y José, no entendieron completamente lo que Jesús les estaba diciendo en ese momento. Pero ellos sabían que Jesús era especial y que tenía una conexión especial con Dios.
Jesús decidió regresar con ellos a Nazaret, su ciudad natal. Mientras crecía, Jesús siguió creciendo en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres.
Esta historia en el templo es un ejemplo temprano de la sabiduría y el conocimiento profundo que Jesús tenía, incluso desde una edad tan joven. A medida que avanzaba en su vida, Jesús continuó enseñando y compartiendo su sabiduría con otros.
Eventualmente, Jesús comenzaría su ministerio público, realizando el primer milagro de Jesús, predicando el amor de Dios y enseñando a las multitudes. Su sabiduría y conocimiento de Dios eran tan grandes que incluso los líderes religiosos de la época se asombraban de sus enseñanzas.
¿Qué enseña esta historia a los niños?
- La importancia de buscar conocimiento y sabiduría: Jesús tenía un deseo profundo de aprender y entender más sobre Dios. Su ejemplo nos enseña que nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para buscar conocimiento y crecer en nuestra fe.
- La humildad y el respeto hacia los maestros y líderes religiosos: A pesar de su sabiduría, Jesús se sentó humildemente entre los maestros del templo, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Esto nos enseña la importancia de tener una actitud de humildad y respeto hacia aquellos que tienen conocimiento y más experiencia que nosotros.
- La conexión especial de Jesús con Dios: Jesús declaró que estaba en los asuntos de su Padre, refiriéndose a Dios. Esto nos muestra la profunda conexión y relación que Jesús tenía con Dios, su Padre celestial. Nos enseña que también podemos tener una relación íntima con Dios y buscar su voluntad en nuestras vidas.
- La importancia de la familia y la comunicación: La preocupación y búsqueda de María y José por Jesús nos enseña la importancia de la familia y la comunicación abierta. También nos muestra que, aunque a veces no entendamos completamente las acciones o palabras de nuestros seres queridos, es importante escuchar y buscar la comprensión mutua.
Preguntas para niños sobre la historia de Jesús en el templo
1. ¿Por qué crees que Jesús decidió quedarse en el templo mientras sus padres regresaban a casa?
2. ¿Qué podemos aprender de Jesús al escuchar a los maestros religiosos en el templo?
3. ¿Cómo crees que se sintieron los padres de Jesús cuando se dieron cuenta de que él no estaba con ellos?
4. ¿Por qué crees que Jesús respondió a sus padres diciendo que estaba en los asuntos de su Padre?
5. ¿Qué lecciones podemos aprender de esta historia sobre la importancia de buscar conocimiento y crecer en nuestra fe?
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