La Parábola del grano de mostaza para niños + actividades

David GR

La Parábola del grano de mostaza es una historia corta que Jesús contó para ayudarnos a entender cosas muy importantes de una manera fácil y divertida. ¡Es como un cuento con un secreto escondido! 

El grano de mostaza, el árbol y los pájaros

Jesús dijo algo así como: «El reino de los cielos es como un grano de mostaza que alguien toma y siembra en su jardín. Es una semilla muy, muy pequeñita, casi no se puede ver en la palma de tu mano.»

Pero luego, ¡algo mágico sucede! Esa semillita tan pequeña empieza a crecer y crecer. No se queda pequeña para siempre.

Se transforma en una de las plantas más grandes del jardín. Crece tanto que se convierte ¡en un árbol! Y no solo eso, sino que los pájaros vienen y hacen sus nidos en sus ramas porque es muy fuerte y segura.

grano de mostaza con ojos y sonrisa

31  Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que tomándolo alguno lo sembró en su campo: 32  El cual á la verdad es la más pequeña de todas las simientes; mas cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

Mateo 13:31-32

Explicación para niños de la Parábola del grano de mostaza

La parábola del grano de mostaza, aunque breve, está llena de enseñanzas valiosas. Aquí te cuento cinco cosas importantes que podemos aprender de esta pequeña pero poderosa historia que Jesús compartió:

1. Comenzar pequeñito está bien

¿Sabías que está bien comenzar con algo pequeño? La semilla de mostaza es chiquitita, pero crece y se convierte en un árbol grandote. Esto nos dice que aunque algo comience pequeño, como un dibujo, un proyecto en la escuela, o incluso aprender algo nuevo, puede terminar siendo algo muy grande y maravilloso.

2. Todo puede crecer mucho

La semillita nos enseña que cualquier cosa tiene el potencial de crecer mucho, mucho. Así como tú, que cada día creces un poquito más, tus ideas y sueños también pueden hacerlo. ¡Imagina todas las cosas increíbles que podrás hacer a medida que creces!

3. Ser pacientes es importante

La semilla de mostaza no se convierte en un árbol de un día para otro. Necesita tiempo, agua y sol. Esto nos enseña a ser pacientes. Cuando estás aprendiendo algo nuevo, como montar en bicicleta o hacer una manualidad complicada, recuerda que necesitas tiempo y práctica para hacerlo bien.

4. Podemos cambiar y ayudar a otros

Cuando el grano de mostaza se convierte en árbol, ofrece un hogar a los pájaros. Esto nos muestra cómo podemos cambiar y ayudar a otros. Cada cosa buena que haces, como compartir tus juguetes o ayudar en casa, puede hacer feliz a alguien y hacer un cambio grande en su día.

5. La fe puede hacer cosas grandes

Jesús comparó la fe con el grano de mostaza porque aunque nuestra fe puede empezar pequeñita, puede crecer tanto que hace cosas increíbles. Como creer en nosotros mismos, y ayudar a creer a nuestros amigos y familia en ellos también.

Así que, ¡recuerda estas lecciones! No importa si algo comienza siendo pequeño, con tiempo, paciencia y un poquito de fe, puede convertirse en algo grandioso. ¿Listos para hacer cosas increíbles empezando hoy?

Actividades para niños sobre la parábola del grano de mostaza

Mi planta de garbanzo

Materiales necesarios:

  • Garbanzos secos (uno para cada niño)
  • Pequeñas macetas o vasos de plástico
  • Tierra para macetas
  • Agua
  • Etiquetas o marcadores para nombrar las plantas

Pasos de la actividad:

  1. Preparación inicial: Antes de plantar los garbanzos, es una buena idea remojarlos en agua durante la noche. Esto ayudará a que los garbanzos germinen más rápido.
  2. Plantar el garbanzo: Da a cada niño una pequeña maceta o vaso de plástico lleno de tierra para macetas. Deben hacer un pequeño hueco en el centro con el dedo (aproximadamente de 2 a 3 cm de profundidad). Luego, pueden colocar el garbanzo en el hueco y cubrirlo con tierra.
  3. Etiquetar y decorar: Permite que cada niño cree una etiqueta para su planta, escribiendo su nombre y decorándola como prefieran. Esto les da un sentido de propiedad y responsabilidad hacia su planta.
  4. Cuidado diario: Enseña a los niños a cuidar su planta regándola regularmente. No necesita mucha agua; es suficiente con mantener la tierra húmeda, pero sin exceso de agua para evitar que el garbanzo se pudra.
  5. Observación y registro: Anima a los niños a observar el crecimiento de su garbanzo cada día. Pueden llevar un diario de crecimiento, donde dibujen cómo va cambiando su planta día a día y noten cualquier cambio como la aparición de raíces, el brote emergiendo y eventualmente las primeras hojas.
  6. Discusión en grupo: Organiza sesiones donde los niños puedan compartir lo que han observado. Pueden hablar sobre lo que les sorprende de su planta, cómo se sienten al verla crecer y qué han aprendido sobre la responsabilidad de cuidar una planta.

Esta actividad no solo es divertida y educativa, sino que también enseña a los niños sobre el ciclo de vida de las plantas, la responsabilidad de cuidar un ser vivo y la paciencia necesaria para ver crecer algo desde una semilla tan pequeña como un garbanzo. Además, al final del proyecto, ¡podrán ver cómo algo tan pequeño como un garbanzo se transforma en una planta!

Mi árbol de sueños

Esta actividad es perfecta para ayudar a los niños a visualizar cómo sus pequeñas ideas y sueños pueden crecer y convertirse en algo grande y hermoso, al igual que un árbol que comienza desde una semilla. 

Materiales necesarios:

  • Hojas grandes de papel (pueden ser cartulinas o papel de construcción)
  • Marcadores de colores, crayones o pinturas
  • Pegatinas o cualquier otro material decorativo que los niños puedan usar
  • Un espacio donde los niños puedan trabajar cómodamente

Pasos de la actividad:

  1. Preparación del espacio: Asegúrate de que cada niño tenga suficiente espacio para trabajar con su hoja grande de papel. Distribuye los marcadores, crayones y cualquier otro material decorativo que los niños puedan necesitar.
  2. Dibujo del árbol: Explica a los niños que van a dibujar un gran árbol. El tronco del árbol debe ser sólido y las ramas deben extenderse ampliamente a lo largo del papel. Anímalos a que llenen la hoja tanto como sea posible para hacer su árbol grande y fuerte.
  3. Personalización del árbol: Una vez que el árbol esté dibujado, pídeles que comiencen a pensar en sus sueños y metas. Pueden ser cosas que quieran lograr este año en la escuela, habilidades que les gustaría aprender, o lugares que esperan visitar algún día.
  4. Escribir o dibujar sueños en las hojas: Cada sueño o meta debe escribirse o dibujarse en una de las hojas del árbol. Deben intentar llenar todas las hojas con diferentes aspiraciones. Esto les ayudará a ver cómo cada pequeño sueño contribuye al crecimiento del árbol.
  5. Decoración y personalización: Deja que los niños decoren su árbol con pegatinas o dibujos adicionales que representen sus intereses y personalidades. Esto no solo hace que la actividad sea más divertida, sino que también les permite expresarse de manera creativa.
  6. Discusión y reflexión: Una vez que todos hayan terminado, realiza una pequeña sesión donde cada niño pueda presentar su árbol y compartir algunos de sus sueños y metas con el grupo. Esto fomenta la comunicación y les permite aprender más sobre sus compañeros.
  7. Exhibición de los árboles: Si es posible, exhibe los árboles de los niños en un lugar visible de la clase o en casa. Esto servirá como un recordatorio diario de sus metas y del potencial de crecimiento que tienen.

Árbol de Fe

Esta actividad es una forma maravillosa de ayudar a los niños a visualizar y reafirmar sus creencias personales y sus esperanzas para el futuro. Al colgar sus deseos y creencias en un árbol visible, los niños pueden ver cómo sus pensamientos y fe individual contribuyen a algo mayor que los une a todos.

Materiales necesarios:

  • Papel de colores cortado en forma de hojas grandes
  • Marcadores, lápices de colores o bolígrafos
  • Una estructura de árbol grande (puede ser una rama grande colocada en un soporte o un árbol dibujado en una pizarra o cartulina grande)
  • Cuerdas o ganchos para colgar las hojas
  • Cinta adhesiva o clips (si es necesario)

Pasos de la actividad:

  1. Preparación del Árbol:
    • Si estás usando una rama real, asegúrate de que esté segura y estable en un soporte donde los niños puedan alcanzar fácilmente para colgar sus hojas.
    • Si es un árbol dibujado, asegúrate de que esté colocado en un lugar de fácil acceso y visible para todos en el aula o en casa.
  2. Decoración y escritura en las hojas:
    • Distribuye varias hojas de papel entre los niños y diles que cada hoja representa algo en lo que creen fuertemente o algo que esperan lograr en el futuro.
    • Pueden escribir afirmaciones como «Creo en ser amable con los demás», «Espero ser un gran científico» o «Tengo fe en mi familia».
    • Anímalos a decorar sus hojas con dibujos o patrones que representen visualmente sus creencias o metas.
  3. Colgar las hojas en el árbol:
    • Una vez que los niños hayan terminado de escribir y decorar sus hojas, ayúdales a colgar cada hoja en el árbol. Esto puede hacerse atando las hojas con cuerda o utilizando clips.
    • Asegúrate de que cada niño tenga la oportunidad de colgar sus hojas por sí mismos, lo cual es un acto simbólico de ‘plantar’ sus creencias y deseos en el árbol de fe.
  4. Reflexión y discusión:
    • Después de que todos hayan colgado sus hojas, organiza un círculo de discusión donde cada niño pueda hablar sobre lo que escribió y por qué es importante para él o ella.
    • Esta parte de la actividad ayuda a los niños a entender y respetar las diversas creencias y metas de sus compañeros, fomentando un ambiente de apoyo y comprensión mutua.
  5. Exhibición del árbol de fe:
    • Mantén el árbol de fe en un lugar destacado del aula o en casa para que sirva como un recordatorio constante de las creencias y aspiraciones de los niños.
    • Este árbol no solo decora el espacio, sino que también actúa como un símbolo diario de que la fe personal y las creencias de cada uno pueden crecer y tener un impacto significativo, al igual que el grano de mostaza que crece para convertirse en un árbol grande.
David GR